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FHL: “El venezolano, como el neurótico, está detenido en su historia, en su pasado… Curar a un neurótico es ponerlo en paz con su pasado”. |
…Mi obra es verídica, fabulada y verosímil…
FHL
El
estudio de la medicina, la psiquiatría y la historia ocupa el interés
de Francisco Herrera Luque en los años cincuenta e inicia el proceso de
creación de su obra. El meticuloso investigador decide escribir en forma
acuciosa. Descubre matices y se aproxima a la historia para considerar a
los viajeros de Indias y a sus cronistas —los primeros historiadores de América— en
el marco histórico, personal y social de su momento, todo por la
preocupación de descifrar las incongruencias que determinan los
comportamientos de estos hombres venidos desde Europa. A la fecha de su
partida en 1992, ha escrito 16 libros, signados por un proceso riguroso
de imaginación e investigación.
Le
preocupa al escritor que esos viajeros con sus cronistas determinan
muchas de las nacionalidades y las herencias en el continente que
encuentran. La imaginación y el ejercicio de la escritura tejen mitos e
historias y surge la historia fabulada.
Herrera Luque realiza su historia verídica, fabulada y verosímil (verdadera,
imaginada, creíble) a lo largo de una saga contentiva de 16 libros que
conforman su obra y la cual es un gran libro cuyo personaje es
Venezuela. Los hechos estudiados y descritos en sus ensayos suman una
comprensión de lo acontecido. Cómo ocurrió y qué somos constituyen la
gran preocupación. Al decodificar recrea singulares relatos narrativos,
cuenta sus ficciones y escribe su literatura entretejiendo la historia,
el mito y lo imaginado.
La
obra narrativa de FHL confronta las relaciones entre lo real y lo
ficticio y entrecruza la ficción literaria con la realidad histórica.
Resuelve la verosimilitud con el respaldo histórico y el discurso se
construye cercano al habla, a la oralidad, para la reinterpretación
creíble y activa de la Historia.
Su novela
histórica valida el pasado, lo cuestiona y propone reflexionar sobre el
presente. A partir del imaginario social y de la historia legítima del
pasado, trama el discurso narrativo.
El
escritor maneja lo creíble al utilizar en su obra la intrahistoria y
revisarla en boca de los personajes. Esto permite crear un discurso
confiable e ingenioso que fortalece el imaginario del lector. Al
ficcionar la realidad, logra sumar mitos al imaginario social y lo
fortalece para convertir la lectura de su obra en gratificante.
Introduce
en las obras los resentimientos personales y las consecuencias
sociales, aproximándose a los complejos colectivos, históricos y al
dolor del mestizaje para resaltar la presencia de la huella perenne en la pequeña historia de las personas y en la grande Historia del país.
La
escritura de biografías minuciosas cercanas al análisis humano de la
sociedad determina la acción anecdótica de las novelas y abunda en la
descripción del odio y de las psicopatías individuales y colectivas en
el desarrollo del discurso literario. Sin embargo, debemos resaltar que
su interés en el poder y lo femenino es primordial en la construcción de
los personajes y sus características.
Herrera
Luque es un escritor que crea un grandioso universo narrativo que se
inscribe en el género de la novela histórica, su obra narrativa
relaciona la intrahistoria con la Historia para crear la literatura.
Es
temerario y trasgresor al desarrollar y rescatar visiones atrevidas
sobre la Historia en sus obras. Lo que inventa se hace real y la
literatura se convierte en una herramienta de comprensión y
decodificación de lo que somos, hemos sido y seremos.
Todas
las sociedades en su momento interpretan la historia, el pasado
transcurrido y su relación con el presente y el futuro. Herrera Luque
hace de esas reflexiones el hueso de su obra y su novelística está
signada por esa finalidad. La literatura que crea es histórica porque se
basa en lo real, donde todo es verdad y de esa forma construye
historias fabuladas que parecen decir la realidad está loca y la ficción la ordena.
El
escritor teje y cuenta las historias menores, personales, locales, las
cuales pertenecen a todos, utiliza los chismes, las leyendas que no
están en la historiografía oficial y en forma prismática aproxima a la
Historia y a sus componentes desde muchos ángulos.
Sus
obras allanan el vacío de la historiografía sobre Venezuela al
acercarse a la Historia desde la pequeña historia, la menuda historia de
los hombres que la hacen desde la vida misma. Construye un saber al
ofrecer un discurso histórico que valora lo olvidado por los mitos
oficiales.
Se
aleja de la obligatoria épica del discurso del poder e introduce temas
importantes para la identidad nacional, tales como la permeabilidad
social, el caudillismo, la interculturalidad y otros, posibilitando un
mayor conocimiento de la realidad y sus conflictos. Sus historias
fabuladas profundizan en las consecuencias del caudillaje y de las
personalidades totalitarias que determinan el devenir histórico del país
hasta nuestros días.
Herrera Luque cuenta una historia más que la Historia
en su obra de ficción. La creación literaria logra proyecciones
imaginarias de la pequeña historia de las personas y por ello tienen
cabida aspectos no contemplados en las historiografías: montoneras,
rebeliones, héroes vilipendiados. Los personajes son personas y su obra
está plena de lucha de castas, rebelión de negros esclavos e indios,
intentonas independentistas y caudillos malinterpretados.
Escritor
atento a los lenguajes, introduce muchas hablas, múltiples voces, y la
memoria colectiva se expresa y manifiesta, se nutre de la oralidad
para configurar los sentidos de la historia y el discurso del texto.
Francisco
Herrera Luque utiliza la intertextualidad y crea relaciones entre los
diversos textos (orales y escritos) que construyen el discurso
narrativo, relacionando la obra literaria con lo común, lo cotidiano, el
aquí y ahora.
Muchas
de sus novelas se construyen utilizando en lo relatado el mito y lo
oral para crear un discurso circular, no lineal, propiciando una
multitemporalidad histórica en un lenguaje cercano al habla.
Las
obras son un invalorable compendio del rico acervo documental e
investigativo del imaginario social venezolano, y en sus libros los
hechos inventados y los históricos se complementan y estimulan la
lectura y la curiosidad.
Toda
la preocupación del estudioso y escritor se apoya en la indagación del
imaginario social y la historia venezolana. El imaginario social de
Venezuela al ser contado se fortalece y cada lector se reconoce en el
alma colectiva y el ser nacional, garantizando la efectividad, la amplía
lectura y la motivación que ocasiona su obra después de 54 años.
Entre
los antecedentes precisos de la obra de Herrera Luque, podemos
mencionar las obras de Rufino Blanco Fombona, Laureano Vallenilla Lanz y
Lisandro Alvarado. En la actualidad, la herencia de Herrera Luque
caracteriza a muchos escritores e historiadores contemporáneos.
Francisco
Herrera Luque modificó la escena literaria al consolidar sus novelas
históricas o historias fabuladas como posibilidades de creación para
fortalecer el imaginario colectivo, saber nuestra historia, prever el
porvenir y el disfrute del cuento, la narración mediante la palabra
escrita.
Legó
una obra, es un héroe cívico que incentiva el ejercicio ciudadano
mediante una conciencia venezolanista. La historia que cuentan sus
novelas permanecen en el imaginario social y lo más importante en la
obra de Herrera Luque es lo que ocasiona.
El
venezolano, como el neurótico, está detenido en su historia, en su
pasado… Curar a un neurótico es ponerlo en paz con su pasado.
FHL
Francisco
Herrera Luque (Caracas, 14 de diciembre de 1927 – Caracas, 15 de abril
de 1991) fue médico-psiquiatra, novelista, ensayista y diplomático
venezolano. Estudió en la Universidad Central de Venezuela y luego en la
Universidad de Salamanca donde se graduó de médico. En Madrid se
especializa como psiquiatra, produciendo numerosos trabajos científicos.
El desarrollo de su tesis de doctorado (1952) generó la obra Los Viajeros de Indias (1961),
ensayo interpretativo de la sociología venezolana. Fundó la cátedra de
psiquiatría de la Universidad Central de Venezuela y fue embajador de
Venezuela en México. Escribió y publicaron sus 16 libros, la mayor parte
de ellos novelas. Sus tres últimas obras son publicadas póstumamente.
Podemos catalogar su obra como novela histórica. Siempre se encargó de
investigar y fundamentar todas sus historias y tramarlas en ficción.
Los viajeros de Indias (1961)
La huella perenne (1969)
Las personalidades psicopáticas (1969)
Boves, el Urogallo (1972) – relata la vida de José Tomás Boves
En la casa del pez que escupe el agua (1975)
Los amos del valle (1979)
La historia fabulada (1981-1983)
La historia fabulada, segunda serie (1983)
La historia fabulada, tercera serie
Bolívar de carne y hueso y otros ensayos (1983)
La luna de Fausto (1983)
Manuel Piar, caudillo de dos colores (1987)
Los cuatro Reyes de la Baraja (1991)
1998 (1992)
Bolívar en vivo (1997)
El vuelo del alcatraz (2001)
La huella perenne (1969)
Las personalidades psicopáticas (1969)
Boves, el Urogallo (1972) – relata la vida de José Tomás Boves
En la casa del pez que escupe el agua (1975)
Los amos del valle (1979)
La historia fabulada (1981-1983)
La historia fabulada, segunda serie (1983)
La historia fabulada, tercera serie
Bolívar de carne y hueso y otros ensayos (1983)
La luna de Fausto (1983)
Manuel Piar, caudillo de dos colores (1987)
Los cuatro Reyes de la Baraja (1991)
1998 (1992)
Bolívar en vivo (1997)
El vuelo del alcatraz (2001)
…soy más hijo de mi obra, que ella de mi pensamiento.
FHL
…la historia se inventa, el futuro se recuerda.
Leyenda quechua
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